sábado, 1 de noviembre de 2025

Música Daniel Delfino (2025, Arde Ediciones) por Karina Casares

 

Música  Daniel Delfino  (2025, Arde Ediciones) por Karina Casares

Música es el libro de relatos de Daniel Delfino publicado este año por Arde Ediciones, editorial de los graduados y graduadas de Artes de la Escritura por la Universidad de las Artes. Son diecisiete los cuentos que conforman este libro y todos ellos están ligados no sólo por la música sino también por el sonido y por la voz. Los barrios, las calles y las rutas tienen un rol protagónico en muchos de sus relatos, así como los diferentes vehículos (autos y colectivos). Hay cuentos que se conectan entre sí y todos tienen un costado ominoso que tarde o temprano se precipita hacia los lectores.  Por mencionar en breves líneas algunos de las líneas narrativas de Delfino que bien podrían convertirse en parte de sendas novelas en cuanto al desarrollo y densidad que alcanzan sus personajes y entornos: una hija desconocida que vuelve al presente de su padre en Bruselas a través de un diario íntimo trastocando sus planes. La foto de una vieja revista Gente como un recuerdo de la infancia que se actualiza en una escena insólita. La búsqueda de bebidas frescas en un balneario que lleva al protagonista a un encuentro inquietante. Un alucinado tour en un Fairlane con los fans de Julio Iglesias. Un viaje a Mar del Plata que se sale de control. La persecución maníaca de un auto amado por las calles de la ciudad. La ternura de la tía que lo vuelve a la vida con sus infinitos audios.  Si te interesa la escritura sobre la ciudad y el conurbano del Juan Diego Incardona de Villa Celina o te fascinan las atmósferas de los cuentos de Federico Falco, o la narrativa de Leo Oyola, no lo dudes: este es el libro que tenés que leer.  


Reseña de "No te acerques tanto al borde" de Lucrecia Labarthe


 

Reseña de "No te acerques tanto al borde" de Lucrecia Labarthe


pr Abril Beautemps

La advertencia que titula este libro convierte a sus lectores en niños
desobedientes. Alguien grita: No te acerques tanto al borde y, de pronto, emerge una curiosidad arrasante por ver qué hay del otro lado. Esta serie de cuentos moldea el deseo de asomarse y revela lo que existe más allá: los abismos que comprenden y habitan las mentes de sus personajes.El libro propone una premisa y, en su rebeldía, la quiebra. El borde se repite una y otra vez como una pregunta insistente que exige respuesta.
¿Qué puede llegar a vislumbrarse? A veces un diagnóstico, otras un
diminutivo de la infancia; una anotación en un cuaderno de 1981, un ultimátum, la letra de una canción española, un grafiti del mayo francés. En cada escena particular, como a través de un caleidoscopio, se despliega lo trascendental de la experiencia. Las palabras cobran la potestad de curar, traumar y advertir a quien lee. A la manera de Carver o Giaconi, se invita al lector a presenciar la intimidad de lo familiar o lo comunitario y jugar a verse
reflejado en ella.
La clave está en ese juego de espejos. No te acerques tanto al borde desnuda la adultez y la reduce a una verdad insoslayable: ser grande también es, como la infancia, un descubrimiento lúdico. La exploración del cuerpo, el encuentro obsesivo con el otro y con la sexualidad, la militancia política —al igual que en la prosa de Valenzuela o Ernaux— se encarnan en el centro de la narrativa. Cada cuento desmantela, a su modo, las certezas de la adultez.
Pasar la página y seguir leyendo es alimentar esa pulsión por protestar, casi propia del berrinche, que hace a la fuerza del libro. Porque en ese entrometimiento, en la persistencia por querer saber más, se revela el núcleo de la serie: la urgencia de acercarse a mirar, aun cuando nos lo prohíban. 

lunes, 27 de octubre de 2025

Reseña de «Música» de Daniel Delfino por Graciela del Percio

 


Delfino, Daniel. Música. Arde Editora. Buenos Aires, 2025.

 

Las formas breves ocupan un lugar relevante en la tradición literaria argentina. Los cuentos de Daniel Delfino, reunidos en el volumen Música bajo el nuevo sello Arde Editora, recuperan la impronta de dicho linaje.

Son diecisiete relatos donde se exploran diversos temas, pero en los que es posible hallar una figura o  riff que los articula; una melodía o ritmo, que apela a la repetición en tanto recurso poético, y lo sintetiza en un corpus orgánico, singular. En ese sentido, existe un motivo, el musical, que circula en diversas variantes por todos los textos, y  condiciona, afecta a la mayoría de los personajes. Algunos, como el de Georgie, incluso migran de un cuento a otro (Fantasma-Los indios), se recupera parte su historia para resignificarla. La reiteración no sólo está en las palabras, sino también en las cosas. O, más precisamente, en las máquinas: “Para mí  los autos son los caballos modernos” afirma el narrador de la Chancha;  o los colectivos, que son la memoria, la infancia, incluso la transgresión: “Cuando era chico estaba obsesionado con los colectivos” dice el protagonista de Fuera de línea, el cuento que cierra el volumen.

El territorio es otro elemento sobre el que pivotean los cuentos. En diálogo con la estética  beatnik, las calles y las rutas exceden la categoría de mero telón de fondo o  escenografía. Son, en cambio, un espacio que contiene y, a la vez, expulsa a los personajes. La ciudad es centro de la acción y zona de pasaje entre los suburbios acomodados y los más empobrecidos. Los personajes deambulan,  se internan en zonas donde el otro los confronta. De los espacios surge, además, un contrapunto entre lo íntimo y lo público, que siempre es político.  En Monte Chingolo, el  narrador recuerda una fotografía de la  revista Gente con “un colectivo de los trompudos, incendiado, lleno de pandulces”; o en Fuera de línea que se rescata del silencio el/los femicidios cuando dice  que  “las chicas muertas son de todos y son de nadie”.

Las voces narradoras prueban, en general, las perspectivas distanciadas, o las que giran alrededor de un yo; sin embargo, hay una excepción en  El hambre donde la narración apela a una segunda persona. Un cuento donde campea la extrañeza más allá de la invención de palabras incorporadas al texto.   

Los diecisiete relatos propician, desde la portada y el epígrafe en primera página, ciertas claves de lectura sin agotar otras interpretaciones posibles. El verosímil oscila entre lo real y lo fantástico, con rasgos cercanos al gótico. La muerte siempre merodea.  Las clausuras quedan suspendidas, casi al borde del abismo, un vaivén que no coagula en certezas. Porque  todo lo que flota en la superficie es infinitamente exiguo respecto de lo que se calla.


jueves, 23 de octubre de 2025

Reseña de «No te acerques tanto al borde» de Lucrecia Labarthe por Irene Ferrari


 

Doce mujeres son el material y la voz, cuando no el cuerpo, de las historias que Lucrecia Labarthe presenta en "No te acerques tanto al borde". Doce mujeres que se perciben de edades diferentes y que atraviesan circunstancias disímiles, pero que tienen en común la intensidad con la que habitan las páginas del libro.

Una de ellas siente el deseo de ser madre, tan fuerte y singular es, que lo extrema más allá de la obsesión y lo torna una fría y paciente, muy paciente, estrategia. Otra mujer soporta desde la infancia que su madre caiga sobre ella “como una sombra negra”. Y una tercera, embarazada, asume un riesgo que le deja solo “seis,

siete minutos para relatar una vida”, la suya.

Atrapada en la circularidad de lo imposible, un personaje necesita saber qué sucederá con el romance que está viviendo, mientras otro tiene la certeza de que su amor se está perdiendo en la neblina del alzheimer. En este cuento, el artificio, la voz

que narra genera que la desesperación de quien lee, crezca a la par de la del personaje sosteniendo este efecto hasta el final.

En los mundos que construye Lucrecia, además de deseo, obsesión y desborde, hay violencia. Esa que se ejerce sobre los cuerpos femeninos a los que se les exige una belleza uniforme y esas otras tantas violencias con la que un varón puede querer someter a una mujer. Algo parecido ocurre en el relato que da título al libro: se

escucha una voz infantil y es recién en las dos últimas líneas que el impacto sopapea la lectura a pesar que desde el vamos hay una cosa rara que se arrastra, que inquieta.

Algo de la práctica gremial y política hace trama para hablar de los vínculos amorosos, los encuentros sexuales, la paranoia que distorsiona la vida y otra vez la cabeza se vuela, se brota, aunque en este caso el cambio que opera en la escritura, clava la duda.

La variedad de procedimientos narrativos, los ritmos, el movimiento claro de las palabras, el entrevero de lo poético, son los elementos que provocan el sobresalto, la sorpresa, la identificación para, una vez dentro, quedarse en la ficción y deambular por los bordes que proponen los doce cuentos.

 

sábado, 11 de octubre de 2025

fOLaVriL - luces grises


fOLaVriL - luces grises 


luces grises

 

son las luces grises

no la oscuridad

nunca es tan triste

dejarlas brillar

 

atravesar

esta noche

por el filo de un cristal

encerrar

todo nombre

en una sola vocal

si tuviera lágrimas para llorar

las dejaría volar

Reseña del libro «Música» de Daniel Delfino por Gabriel Sunico

 



Reseña del libro «Música» de Daniel Delfino por Gabriel Sunico

«Música» está compuesta por 17 cuentos que el escritor Daniel Delfino logra que funcionen como unitarios pero partiendo de un mismo micelio, armado por personajes que viven en una aparente cotidianeidad que súbitamente salta hacia otra dimensión, dejándonos en claro que nada allí es lo que parece. Donde tenemos la sensación de que la línea del tiempo se encuentra en un mundo paralelo y cuando se cruza con el relato trastoca la lógica que íbamos imaginando. Nos ubica en un punto de vista muy distinto que, sin embargo, sostiene todo lo anterior. Como destaca en el cuento «La chancha» La Chancha: “…la realidad como algo ficticio, una puesta en escena que sucede en un segundo…”

Narrados desde distintos puntos de vista según sea un niño o niña, que con su mirada inocente vivencian y sufren el mundo adulto; un hombre grande, casado y con hijos, con un pasado que le pasa factura; un joven que se desespera por no estar solo, aunque no lo está; una mujer que entra en paranoia persecutoria a partir de un pájaro que aparece en su ventana; y, obvio, la música que se puede pensar como un personaje más. También sucede que personajes u objetos que aparecen en primeros o segundos planos en un cuento sean necesarios en la trama de otro. Por lo que cada uno de ellos, aun siendo utilizados en diferentes funciones, nos suenan en un ambiente familiar, compartiendo un  propio mundo.

La originalidad en estos relatos se da en cuanto un episodio, o una imagen absolutamente común e insospechable, puede ser la llave que trastorne el mapa o territorio por el que transitamos mientras avanzamos en su lectura. Inclusive, hay textos en donde subyace un acontecimiento social o histórico como es el caso del cuento «Monte Chingolo» que en ningún momento trata sobre los acontecimientos trágicos ocurridos allí, aunque están.

Al leer Música, sin caer en una obviedad o cayendo a propósito, nos encontramos en una virtuosa composición, con cuentos que funcionan como acordes que comparten notas que aparecen en distintos lugares de la misma partitura, conformando una singular armonía. Se destaca la destreza del escritor para mantener el ritmo de la narración, en algunos casos en forma de road movie, marcando el tempo con una nota disonante. Aunque Delfino no desafina.

Para los que hayan vivido las épocas de nuestro país que aparecen en las distintas narraciones, evocarán el realismo mágico al que la Argentina, tan literaria en su idiosincrasia, nos tiene acostumbrados; para los que no, serán cuentos mágicos.


Reseña para «Música» de Daniel Delfino Por María Pilar Zelko

 



Reseña para «Música»

Por María Pilar Zelko

 

17 relatos de personajes que transitan una Buenos Aires en decadencia, algunos perdidos, sin rumbo; otros, con una dirección clara, aunque muchas veces desisten de su objetivo. Van perturbados por sus pensamientos, perturbados por decisiones del pasado que afectan a su presente. Relaciones truncas, paternidades que no pueden ser o que no quieren ser.

La música, en cambio, viene a ser otro personaje, que acompaña el recorrido en cada relato, irrumpe con una nota, con una canción, con la voz de una adolescente inexperta que vive una vida que no sabemos si realmente existió.

La música también son las voces de los otros colándose en la diégesis. Diálogos truncos, conversaciones que no conducen a ningún lado: la ambigüedad como monocorde. Música y escritura abrazándose en la obra de Daniel Delfino.

Vemos una Buenos Aires en deterioro, donde la luz escasea ¿Sabemos realmente lo que sucede? Se propone a la confusión como latido que pulula en los relatos ¿Qué ven? ¿Es real o es parte de su imaginación?

Recorremos barrios de casas bajas, niños jugando en la calle, niños cometiendo delincuencia. Violencia y oscuridad como la tinta madre de las escenas. Y con la sensación constante de una amenaza, de que se materialice en algo, en alguien ¿Qué debemos hacer frente a lo desconocido?

El fútbol, la pizzería, los bares; lugares de encuentros inesperados entre personas que se conocen de casualidad. Y los autos, la pasión por los autos; por ese aferrarse a un objeto, o a una persona: a un amor que ya no puede ser.

¿Qué los perturba? ¿Sus pensamientos o las malas decisiones tomadas? ¿Por qué se sienten en peligro? Quieren recuperar, detener el tiempo, tratar de entender, pero no pueden; se pierden. Se suspenden en ese no saber.

La muerte como perfume en un hospital, la muerte como obsesión; la muerte que deja rastros. Solo queda dolor, solo queda lo que podría haber sido ¿Y qué podría haber sido? ¿Aún hay tiempo para cambiar el ritmo de las cosas, de la vida?

El lector también toma rumbo a través de los relatos, conociendo barrios, usos y costumbres. La General Paz, la Lugones, la 9 de Julio, Avenida Eva Perón, Puente Pueyrredón, Lanús, Monte Chingolo ¿Hasta dónde es posible llegar para estos personajes? Son cuerpos cansados, fatigados; cuerpos que reflotan preguntas cuyas respuestas no saben si lograrán encontrar.

Animales que aparecen entre autos, animales cuyo aparente peligro generan extrañeza y fascinación a la vez, pero ¿Cuál es el verdadero miedo? ¿Lo que está afuera o lo que está dentro de uno?

Desorientación no solo en las escenas, sino en las cabezas de los personajes, rumiando preguntas, rumiando lo inentendible. El lector también habita el afuera y el adentro de esas vidas. Delfino propone una atmosfera densa de incertidumbre que se sostiene a lo largo y ancho de su obra.


viernes, 10 de octubre de 2025

Reseña de Música de Daniel Delfino Por Jonathan Ehrhorn

 



Reseña de Música de Daniel Delfino

Por Jonathan Ehrhorn

La lectura de un cuento en Música, de Daniel Delfino, es una experiencia, pero la lectura de los diecisiete cuentos que lo componen puede considerarse también una experiencia en sí misma. Es como si subiéramos a la terraza de un edificio y, desde el borde, miráramos no solo al transeúnte que dobla por una esquina, al que sube a un colectivo o a una pareja discutiendo tras la ventana del edificio de enfrente, sino también los recorridos que tomaron para estar donde están, los sueños frustrados, los traumas, los miedos y los deseos. Encontramos a personajes en diferentes etapas de la vida, como adultos que no pueden soltar el pasado y jóvenes que quieren conectar con otros. Los lugares que se transitan son los de Argentina, vista desde una perspectiva que permite que se infiltre aquello que pertenece al mundo de los sueños. De una ciudad que existe, pero donde puede acontecer lo inusual y hasta lo imposible, parecen venir los personajes de Música.

En los cuentos se maneja una prosa clara, con escenas descritas casi como si estuviéramos ante fotografías. Escenas con las que se trabaja una amplia gama de climas. Uno puede imaginar el barullo de un bar en Buenos Aires y el calor en la piel al salir de un auto en medio de la ruta. Sin embargo, en lo cercano queda lugar para el misterio, como es el caso de “Fantasma”, e incluso para lo inquietante, en “La canción de los muertos”. A través de palabras inventadas y de una realidad distorsionada, “El hambre” va más allá adentrándose en terrenos propios de la narrativa experimental.

En Música hay espacio para el costumbrismo y la fantasía. Pasar de un cuento al siguiente es como sobrevolar esa ciudad conocida, pero a la vez impredecible. Es indagar en humores, búsquedas y ambientes de un mundo resultado del hábito de un ejercicio, el de hallar las posibilidades de lo sorprendente y lo extraño en lo cotidiano.


martes, 30 de septiembre de 2025

Reseña de "Música" de Daniel Delfino


 por Nerio Tello

Mediante relatos en apariencia disímiles, Delfino crea un mundo coherente, donde la música no solo aparece como tema, sino en su ritmo narrativo, como pulsación emocional que atraviesa cada historia. Música se desliza entre lo íntimo y lo oscuro, construyendo un universo de relaciones humanas marcadas por la fragilidad, el deseo y la introspección.

Con lenguaje cotidiano y construcciones sencillas, los personajes se enfrentan a situaciones extrañas, de quiebre en las relaciones; y casi siempre la música opera como disparador/catalizador de cada relato. Este tránsito de emociones, lleva desde la nostalgia a la inquietud, pasando por momentos de ternura y desasosiego. La variedad tonal enriquece las atmósferas (los autos antiguos, las historias parecen “viejas”) que de una cotidianidad casi anacrónica derivan en lo “fantástico”.

Los cuentos deparan sorpresa y curiosidad, y en muchos casos dejan el sabor de lo inesperado o lo incomprendido. Historias sencillas de gente común, pero que obligan a una lectura atenta, para escuchar quizás, los compases que dan sentido a un cuerpo narrativo seductor y, a veces, melancólico.  Escarban en la memoria pero privilegian siempre la imaginación.

Aunque autónomos, estos relatos se vinculan en ciertos ejes narrativos. Las canciones o sus intérpretes cuentan sus propias historias ambientadas en general en el conurbano bonaerense, en rutas de las provincias, en los bordes de la Capital Federal.

En algunos casos la música es protagonista. En «Fairlane», cinco solitarios, hacen un periplo con la consigna de escuchar la discografía completa de Julio Iglesias) y en otros, un telón de fondo que sostiene y da sentido a la historia.

Un disk-jockey recibe una paliza por unos indios en plena ciudad. La violencia setentista como eco en «Monte Chingolo», que aunque no gira explícitamente en torno a la música, esta aparece como elemento atmosférico. Una radio encendida,  una canción que se repite como mantra.

De prosa cuidada, precisa y sin alardes, se apuesta por los medios tonos. Los personajes no impactan con reacciones abruptas, no gritan; conmueven por su verdad emocional, por sus ilusiones, y en algunos casos, por el desamparo.


Reseña de "No te acerques tanto al borde" - Lucrecia Labarte


 

No te acerques tanto al deseo

por Daniel Delfino


El deseo es la dínamo que mueve estos cuentos. El deseo frente a cualquier obstáculo que se le interponga, el deseo sin objeto que urde silenciosamente sus mecanismos invisibles, el deseo del otro que coacciona bajo su influjo, el deseo que se abruma en la soledad y busca desesperadamente la compañía de otros. A estos fines, los narradores de estos cuentos no vacilan, son aliados incondicionales que empujan ese anhelo vehemente hacia la concreción o hacia el desastre.

Porque el deseo también conserva su potencia cuando se deshilacha, cuando falla y se descompone y sus fuerzas fermentadas recrudecen en voz baja. En «Nido» los pájaros sobrevuelan el hogar destruido por la tormenta y abandonan su cría muerta sin pena ni tristeza, mientras que los humanos quedan atrapados en los cortocircuitos de la destrucción que picanea a seguir el absurdo hasta el grotesco. Porque como dice en «Los que se van»: El mundo ha explotado a su alrededor. Se ha desarmado y de ha vuelto a armar de otra manera. Esta nueva forma está hecha solamente de dolor.

Porque el deseo está cercado por el dolor, es una pulsión inconsciente que busca la satisfacción de un objeto perdido, un “algo más” inalcanzable. ¿Qué buscan estos personajes siguiendo los impulsos incontrolables? Como decía la canción “solo se trata de vivir” y creer que se alcanza lo inalcanzable es tan solo un oropel, una nueva inquietud que renueva el proceso de angustia y ansiedad a pesar del desgaste que conlleva cada nuevo intento.

No te acerques tanto al borde reúne doce cuentos contundentes y arteros, balas en el cerebro que no se demoran en descripciones intrascendentes. Desde la primera palabra tienen como único objetivo cerrar la historia. No dejan filtraciones ni posibilidad de interpretaciones trasnochadas, pero abren el sentido de una manera mucho más sutil y terrorífica, que permanece como una resonancia pegajosa en el lector, una molestia existencial que descoloca, que nos acerca temerariamente al borde del instinto en estado puro, a la olorosa verdad tocada en vivo como nos advierte el epígrafe de César Vallejo. La interpretación insoslayable de nuestras propias miserias.