domingo, 31 de marzo de 2024

4/1/2014 Félix Bruzzone / Mirar los dientes

 



4/1/2014 es un texto publicado en Piletas de Félix Bruzzone (Editorial Excursiones, 2017)

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4/1/2014

Una clienta me regala salamines. El hecho sucede el 3 de enero, pasadas las fiestas. Bueno, mejor tarde que nunca, pienso. Más tratándose de salamines y no de sidras o panes dulces, que suelen ser regalos excluyentes, y uno la verdad que se cansa.
Llego a casa famélico y dispuesto a celebrar. El clima es de más fiesta después delas fiestas. Lo quees igual a mucho más quefiesta. Hasta que me rapta un momento de precaución y leo las fechas de vencimiento y…
Sí, los salamines están vencidos.
¿Qué hacer?
¿Devolverlos a mi clienta con un gentil “muchas gracias, estaban vencidos”? ¿Dárselos a los perros?
¿Es delito regalar alimentos vencidos? ¿O solo es delito venderlos? ¿Los perros tendrían un ataque al hígado, si los comieran?
Ante todo, reflexionar. Terminada la reflexión, como todavía no sé qué hacer, salgo a la calle, consulto. Me informan que los salamines no vencen. Nunca vencen. ¿Para qué llevan fecha de vencimiento, entonces? Mis informantes levantan los hombros y siguen su camino. A nadie le importa la salud de un piletero. Ni siquiera su muerte. Me pregunto si toda mi pequeña investigación no es una forma de evadir la responsabilidad y valentía de ir a devolverlos. Seguramente. Pero, en todo caso, gana la responsabilidad de hacerse cargo del regalo, sea lo que sea. Así que con delicadeza, saboreándolos bien (porque podrían ser los últimos), me los como.

 

Mirar los dientes


¿Qué es un regalo? ¿Implica una obligación? ¿Es un gesto de bondad? ¿De cariño? ¿De amor? En el caso más extremo. ¿Por qué se regala? ¿Es una forma de condicionar al otro? ¿Qué queremos mostrar de nosotros mismos cuándo damos un regalo? ¿Buscamos condicionar al otro? ¿Nos condicionan cuando nos dan un regalo? El regalo es parte de la lógica capitalista sin duda, por eso nos deberíamos permitir desconfiar de su disfraz de bondad. El regalo implica siempre una contraprestación. Aun en las situaciones más filiales, uno le regala a un hijo para que se porte bien, para que haga tal cosa… se lo llama regalo pero en realidad es un pago por una acción, o un conjunto de acciones encadenadas que tiene que llevar a cabo el niño o la niña.

Entonces la pregunta del texto es: ¿qué se hace con un regalo que no tiene las condiciones óptimas? ¿Se lo devuelve? ¿Quién es el desubicado, el que devuelve unos salamines vencidos de regalo o el que regala un descarte, algo que no consumiría el mismo? El texto hace hincapié en “hacerse cargo del regalo” que implica un “hacerse cargo de haber recibido el regalo” y aceptar ese condicionamiento subliminal que el mismo trae. El narrador en el texto parece hacerse cargo de eso y una vez atravesadas todas las preguntas morales y éticas que se encienden en su mente, decide consumir los salamines a riesgo de su salud.

Tal vez, un piletero, cualquier trabajador, debería cobrar lo justo para que no necesitar regalos, así como en nuestras relaciones amorosas o filiales o de amistad, deberíamos compartir “nuestras cosas” por simple amor o cariño, desprendernos de ellas. ¿Comunismo? Es que esa palabra ahora significa otras cosas, pero la palabra es la palabra, estuvo antes de la Unión Soviética y estará durante toda la eternidad. ¿Jesucristo no era comunista? ¿O era un emprendedor? Pesebre, repartía panes y peces, muere en la cruz pudiendo revertirla con un pase mágico. Y sin embargo, aceptó el regalo de los reyes magos. 

¿Qué implicaban esos regalos?

Estás regalado cuando los chorros te agarran distraído…dicen los chorros.

Bueno, entonces hay que tratar de no estar regalados y pensar, solo eso, pensar no cuesta nada.

 

maracho


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