escuchar No me gusta el perfecto asesino
No
me gusta el perfecto asesino
“Es
una película que todavía es querida, y la gente se me acerca por ella más que
por cualquier otra cosa que haya hecho, y me dio mi carrera. Pero
definitivamente, cuando la ves ahora, tiene algunos aspectos cringy
(vergonzosos) por decir lo menos. Entonces, sí, es complicado para mí”, dijo
Natalie Portman sobre Leon: The Professional.
Este
video, o digamos este texto que quiero escribir tiene muchas más dudas que
certezas. Nadie es el dueño de la verdad y mucho menos en arte. Todo empezó con
un ciclo de cine que quise organizar en mi lugar de trabajo, un laboratorio de
Sanidad Animal plagado de veterinarios, biólogos, y otras especies exóticas y
gente común, los amateurs, grupo al cual pertenezco, que configuramos los que o no tenemos título o
tenemos títulos que no aplican para las funciones específicas del laboratorio.
El
ciclo iba a comenzar con La angustia
corroe el alma de Fassbinder para verla en la pespectiva del melodrama con solo el cielo sabe de Douglas Sirk, Stella Dallas y continual con filmes
como 35 rhums, Carreta
a Viena (Kocár do Vídne) Karel Kachyna / Checolosvaquia, 1966, Tu, yo y todos los demás (Me and You
and Everyone We Know) / Miranda July - EEUU, 2011), Alicia en las ciudades (Alice in den Städten) Win Wenders) /Alemania
Occidental, 1974, Cuento de invierno
(Conte d'hiver) Eric Rohmer Una mujer
bajo la influencia (A Woman Under the Influence) John Cassavetes / EEUU, 1974 Breve cielo - David José Kohon / Argentina, 1969, Mysterious Skin - Gregg Araki / EEUU,
2004 El cuchillo en el agua (Nóż w
wodzie) Roman Polanki / Polonia, 1962 Vacaciones
permanentes (Permanent Vacation) Jim Jarmush / EEUU, 1980, Storytelling - Todd Solondz / EEUU, 2001
La
idea era que cada uno vea las películas por su cuenta y luego realizar un
debate en una hora de almuerzo en la que todos pudiéramos asistir. Con unos
compañeros hablábamos sobre este ciclo y salió el tema de Lolita y se me
preguntó si había visto un peliculón llamado “El perfecto asesino”. Reconozco que
de entrada me cayó mal el adjetivo antepuesto, pero me intrigó el haberme
perdido esta película trascendental. Luego averigüe que se llamaba León y en
otros países; el profesional. Avergonzado de no haber visto tal película tan
excelente la busqué en la web y la ripie para verla en la tele.
Nobleza
obliga: el género thriller es tan ajeno a mis gustos como la comedia. Hecha
esta puntualización, la película me fastidió
plano tras plano, secuencia tras secuencia momento por previsible y sosa. Y sobre
todo por su carácter mercenario.
Hasta
ahí mi opinión absolutamente discutible.
Sin
embargo, es completamente inverosímil desde su escena inicial hasta el
improbable final, donde la única posesión restante de León, una planta en
maceta que ha sobrevivido milagrosamente, entre otras cosas, a muros de fuego,
bombas de humo y ataques con bazuca, ¡es plantada en lo que parece ser un
césped abierto! Desde que aparece la planta en el filme y la frase de León que
se compara con esa planta porque no tiene raíces y Mathilda (el personaje de
Natalie Portman) le dice que hay que plantarla en tierra para que las tenga, ya
sabemos, estamos seguros, a pesar de guardar alguna ilusión de que no sea tan
obvio, que en algún momento esa planta se va a plantar en tierra.
Dicho
y hecho y adiós spoilers
Y
pensar que Ranciere hablaba de un espectador emancipado. Estos finales tan
cerrados, asfixiantes, no dejan espacio a nada, ni a respirar, pero si a
aplaudir como focas.
La
trama es completamente insulsa, el ritmo es absurdo, los personajes parecen
salidos directamente de un cómic (en particular el de Gary Oldman, que es
simplemente ridículo) ¡y las escenas de acción son forzadas y ampulosas
Es
que La trama no tiene sentido: un traficante de drogas (que además es agente de
la DEA… algo más se puede ser, torero, presidente, un polirrubro) mata a tiros
a toda una familia, incluido un niño de 4 años (escena realmente perturbadora ¿Quién
puede matar a un niño? Era la peli de Ibañez Serrador haciendo alusión al El Perro
andaluz de Buñuel donde se mata a un niño de un escopetazo porque sí, claro era
surrealismo y esto qué es… ah género), solo para recuperar el 10% de un envío
de cocaína de un traficante de poca monta: ¿por qué arriesgarse a un caso de
homicidio de tan alto perfil (incluyendo a un niño) por un asunto tan pequeño?
Bueno
las reglas del género, ok. Estamos viendo una película de género y las cosas
pasan como en todas las películas de género ya que esos rasgos inverosímiles se
han estabilizado y dentro de ese género son verosímiles.
Hasta
acá estaríamos bien, a pesar de que me aburra el pochoclo.
Ok.ok.
say no more
Pero… sigamos… El personaje de Oldman es más una
caricatura que un personaje. Es difícil creer que un hombre con un
comportamiento psicótico evidente, ocupe un puesto tan importante en la DEA.
(género ok) continuamos a bingo. Uno
también tiene que preguntarse si todos los policías de Nueva York son tan
corruptos como el Stansfield de Oldman…
seguramente que sí… volvé Baretta, eras un pichón de urrutaún al lado de estos…
pero cuando un grupo de ellos lo ayudan
a entrar en un apartamento, matar a todos los que se encuentran a la vista,
incluido un niño de 4 años, todo ello sin levantar ninguna alarma sigue siendo
parte de los rasgos estabilizados del género…. Pero lo más difícil de creer es
cómo el padre de Mathilda, sabiendo lo que se avecinaba, no habría sacado a
toda su familia de ese apartamento al mediodía.
Y
bueno hay un pacto de lectura…. No seamos ignorantes.
Pero
la pregunta que subyace es: ¿está bien desafiar toda lógica en aras de un
argumento?
Parece
que está.
Acá
viene la clave de mi crítica, probablemente errada…
Si
la película hubiera seguido como farsa, si hubiera seguido dentro de los rasgos
genéricos, ¡podría haber sido una gran película! Pero su intento de
"sentimientos", de darle un viso de dramatismo-dramático, la convierte en una obviedad absoluta. En un
despropósito del género.
La
onda era: Disfrútala, pero no pienses.
Y
sin embargo, de golpe nos bajan un mensaje…. Golpecitos bajo el cinturón…
Dijo
el general San Martín: Serás género o no serás nada
Y
la mala noticia es que parte del humor pretendido no funciona en absoluto, como
cuando Mathilda le dice al gerente de un hotel que Leon es su amante. Que es un
chiste? Que nos demos cuenta que está enamorada de León? Es una de más. Una excusa
para arrastrar la planta.
Mi
opinión es irrecuperable: es una película plana.
El
personaje de Leon es muy unidimensional, lo que no deja a Jean Reno espacio
para desarrollarse como actor, a menos que cuentes su mala interpretación de
John Wayne o sus caricias a las plantas. Toma leche como Batman en la
baticueva.
Lo
peor de la película entonces es su pretensión de moralina. Porque si nos remitimos
a Lolita la película que de alguna manera Pl perfecto asesino convoca, en la
novela de Nabokov asistimos a la mente de un depredador, a sus estrambóticos
planteos éticos, a su locura por la pequeña Lolita Haze, pero la película de
Besson en cambio, asistimos a la mente del enunciación general de la película, a la mente del que escribe el guión y filma la
película, que descansa en su personaje asesino tan decente con la niña,
mientras su cámara recorre de forma lasciva y erótica el cuerpo de la niña
vestida eternamente de pequeña prostituta (no podía cambiarse de ropa?) y pone
en su boca las palabras que tal vez desearía escuchar de otras niñas…. El
artefacto de la ficción está tan a la vista que ya molesta. Se interpone entre
la película y el espectador. La niña buscona y el asesino implacable que
éticamente se niega…. Pero que se pone celoso cuando la niña habla con un joven
más cercano a su edad.
Ni
en pelito pasaban cosas tan tontonas.
Todo
muy confuso o demasiado estúpido. Ok no la viola, no abusa, pero le enseña a
matar, a limpiar. Nadie es perfecto.
Mathilda,
si bien se enamora de él y quiere que le haga el amor, no es perversa, es una
niña, si bien construida con una mente de muchos más años de los que tiene, que
no deja de ser una víctima que es corrompida ya no por las caricias de Humbert,
como en Lolita sino por las caricias de la cámara de Besson. Además del mundo
que habita, en el que crece, que se muestra de forma burda y estereotipada,
como solo Hollywood puede mostrarlo, sin que queden dudas de nada.
Si
Mathilda no salía prostituta, debía ser asesina. Nunca otra posibilidad. Por
favor lean a César González cuando habla de los progres de Palermo que filman a
los villeros con ojos extrañados…. Y lo peor, con pretensión de realismo
Pero
en algo se parecen el libro de Nabokov y la pelicuón de Bessson. En lolita, la
expertiz de la prosa hace que en ciertos momentos tengamos empatía con Humbert y
en León hace que la mayoría de la gente hable de una gran película y de una
dulce historia de paternidad postiza de un asesino a pesar de lo antedicho.
No
estamos intentando un planteo ético y moral, estamos ante un espectáculo de morbo
disimulado en la diégesis (que tira la
piedra y esconde la mano) y que pone de manifiesto crudamente en la enunciación
general de la película. Ante lo que estamos es ante el morbo. El morbo con el
único fin de ser un negocio sin nada de arte adentro, solo balas y clichés. Porque
si León tuviera sexo con la Mathilda y la película se hiciera cargo de eso (siempre
y cuando se utilicen dobles mayores de edad en las escenas picantes), podría
ser criticable, porque sería parte de la obra de arte, pero acá solo asistimos
a las perversiones de un guionista/director que “limpia” sus morbos en el
asesino buenazo de León. Y en los comentarios hablan de una bella historia de
padre asesino-hija asesina adoptiva. La película no se juega nunca y se queda
en un limbo de estupidez y sentimientos edulcorados. Y lo peor es que esta historia
de balas y amor es romantizada, y hasta gente que jamás permitiría que sus
hijas coqueteen con un hombre que las triplica en edad y le enseña a matar con
precisión absoluta, aplaudan a cuatro manos esta película tan chata como
perversamente chata.
Repetimos:
La ficción es ficción, no tiene porque ser políticamente correcta, pero cuando
esa incorrección apenas bocetada tan solo tiene como fin único lograr un efecto
comercial y de impacto en el público deja de ser arte y pasa a ser producto
vacío, morbo por el morbo mismo.
Un
ejemplo de no quedarse a mitad de camino sería el de Todd Solondz. Happiness (1998),
un filme muy controvertido debido a los temas que trata, desde la violación hasta
la pedofilia, el suicidio, homicidio y que ha sido elogiado por su exploración
de "las oscuras debilidades de la clase media estadounidense
periférica".
O
en otro extremo, Se me viene a la cabeza una película que ganó un oscar Sibila (en
francés. Les dimanches de Ville d'Avray) es una película francesa dirigida
por Serge Bourguignon en 1962
Pierre,
un antiguo piloto de guerra sufre amnesia a causa de un accidente de avión al
Extremo Oriente. Magdalena, la enfermera que lo recoge, le consagra toda su
vida y su amor de mujer solitaria. Un día, acompañándola a la estación de
Ville-d’Avray, Pierre conoce a Françoise, una huérfana de diez años, que vive
con sus hermanas. Hace amistad con la niña. Después de hacerse pasar por su
padre, la vista todos los domingos. Una complicidad tierna y pura se establece
entre ellos. Pero esta relación escandaliza a la ciudad.
Sin
embargo en esta relación inocente en la que la niña se enamora del adulto y que
este no responde a sus insinuaciones hay una enunciación poética que no
habilita el morbo sino la soledad y la inocencia del desamor y la crueldad de
la guerra.
Eso
es lo que se romantiza.
O
la fascinante Alicia en las ciudades de Win Wenders, la cual estaba
seleccionada para el frustrado ciclo de cine.
Pero
bueno esta es solo mi opinión, tan válida como discutible y hasta desdeñable. La
idea es el debate de ideas.
Pero
volviendo a El perfecto asesino, si bien la gente dice que el romance no es
recíproco y, por lo tanto, es aceptable, el romance sí lo es. En una escena
extremadamente inquietante en la que Natalie Portman a León que le quite la
virginidad, la razón por la que él no lo hace es porque no sería bueno en eso.
No es el hecho de que ella tenga 12 años, sino que él no sería bueno en eso.
Oh
qué tenemos aquí ¡!!
El
falo del revolver solo funciona para matar y nada más. La cámara hace todo lo
que no se puede ver para que toda la familia la mire por televisión un sábado a
la tarde y solo sufra por la salud de la plantita y por la abstinencia de
pochoclo.