jueves, 23 de octubre de 2025

Reseña de «No te acerques tanto al borde» de Lucrecia Labarthe por Irene Ferrari


 

Doce mujeres son el material y la voz, cuando no el cuerpo, de las historias que Lucrecia Labarthe presenta en "No te acerques tanto al borde". Doce mujeres que se perciben de edades diferentes y que atraviesan circunstancias disímiles, pero que tienen en común la intensidad con la que habitan las páginas del libro.

Una de ellas siente el deseo de ser madre, tan fuerte y singular es, que lo extrema más allá de la obsesión y lo torna una fría y paciente, muy paciente, estrategia. Otra mujer soporta desde la infancia que su madre caiga sobre ella “como una sombra negra”. Y una tercera, embarazada, asume un riesgo que le deja solo “seis,

siete minutos para relatar una vida”, la suya.

Atrapada en la circularidad de lo imposible, un personaje necesita saber qué sucederá con el romance que está viviendo, mientras otro tiene la certeza de que su amor se está perdiendo en la neblina del alzheimer. En este cuento, el artificio, la voz

que narra genera que la desesperación de quien lee, crezca a la par de la del personaje sosteniendo este efecto hasta el final.

En los mundos que construye Lucrecia, además de deseo, obsesión y desborde, hay violencia. Esa que se ejerce sobre los cuerpos femeninos a los que se les exige una belleza uniforme y esas otras tantas violencias con la que un varón puede querer someter a una mujer. Algo parecido ocurre en el relato que da título al libro: se

escucha una voz infantil y es recién en las dos últimas líneas que el impacto sopapea la lectura a pesar que desde el vamos hay una cosa rara que se arrastra, que inquieta.

Algo de la práctica gremial y política hace trama para hablar de los vínculos amorosos, los encuentros sexuales, la paranoia que distorsiona la vida y otra vez la cabeza se vuela, se brota, aunque en este caso el cambio que opera en la escritura, clava la duda.

La variedad de procedimientos narrativos, los ritmos, el movimiento claro de las palabras, el entrevero de lo poético, son los elementos que provocan el sobresalto, la sorpresa, la identificación para, una vez dentro, quedarse en la ficción y deambular por los bordes que proponen los doce cuentos.

 

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