domingo, 3 de diciembre de 2023

M m m mmm

 



M m m mmm - Audiolibro

música (audiolibro) Daniel Delfino


M m m mmm

 

Mi mamá siempre repite eso: que cuando yo era bebé Raquel me tuvo que dar la teta porque ella no tenía leche. Siempre cuenta eso de su amiga Raquel. Ojalá se callara o que fuera otra la amiga de mi mamá que tenemos que ir a buscar a no sé dónde. No me acuerdo nada de ella. No me gusta que mi mamá diga eso. Cuando lo dice, Dani se burla de mí y me enojo con todos y no les hablo más.

 

Raquel es un nombre horrible. La tenemos que pasar a buscar antes de salir a la ruta y mi papá le dice a mi mamá que no le gusta ir con el Coronado flamante por lugares que no conoce. Me gusta la palabra flamante, parece volar. Mi papá protesta porque el auto es del tío Luis, que vive en Guardia Escolta, y como allá no venden autos nuevos se lo tenemos que llevar nosotros desde Buenos Aires.

     Doblamos por una calle de tierra. Mi papá le dice a mi mamá que ésa es la calle, que vamos bien. Es un lugar feo, las casas están todas rotas. Unos chicos corren atrás de nosotros mientras Dani les hace burla por el vidrio. Todo es feo. En todas las esquinas hay basura, yuyos, autos oxidados. No me gustaría vivir en un lugar como éste. Paramos en una casita. Una nena descalza, con la ropa sucia, me mira y se mete un dedo en la nariz. Los chicos que nos corrían nos alcanzan y se ponen a mirar el Coronado. Una mujer sale de la casa con un bolsito, es flaca, se ríe y les grita a los chicos que dejen de molestar. Mi mamá dice que es Raquel y con mi papá se bajan del auto.

     Raquel y mi mamá se abrazan, no paran de darse besos. Cuando me ve por la ventana grita: ¿ella es la que me chupó la teta? ¡No lo puedo creer! ¡Está enorme! ¿Cuánto tiene ya?

     Mi mamá le contesta que tengo diez, que en febrero cumplo once.

     Se sienta al lado mío; me quedo en el medio, entre Dani y ella. No me gusta que se siente al lado mío. Dani como hace siempre se seca el beso de la cara que le dio Raquel. Mi mamá lo reta, pero Raquel se ríe. Ojalá no diga más lo de la teta.

 

Paramos en una estación de servicio. Mi papá lo lleva a Dani al baño. Mi mamá, Raquel y yo vamos al de mujeres. Mientras hago pis, Raquel habla a los gritos con mi mamá. Y cuando se calla, canta con la boca m m m mmm. Cada m la dice con un sonido distinto, creo que es una canción que conozco. Salgo a lavarme las manos y la veo sentada en el inodoro haciendo pis con la puerta abierta. Fuma. Una bombacha amarilla se estira en sus rodillas. Me mira y me guiña un ojo. La miro con odio.

     Salgo corriendo del baño y voy a buscar a Dani y a mi papá. Ojalá pudiera ir al baño con ellos. Mi papá nos compró alfajores y Dani grita: ¡carrera hasta el auto! Lo dejo correr primero, y cuando quiero lo alcanzo y le gano. Se enoja. Subimos al Coronado y le digo que se quede en el medio, que ahora me toca a mí la ventanilla. Dani se enoja otra vez. Enseguida suben mi mamá y Raquel y mi papá arranca. Raquel le pregunta a Dani por qué está enojado y él le contesta porque yo le saqué la ventanilla. Lo alza como si Dani fuera una bolsa, lo cambia de lugar y ahora ella se queda en el medio. Dani me mira y me saca la lengua. Es un tarado. Listo el pollo, dice Raquel. Se ríe y me abraza. Trato de hacerme chiquita para que no pueda apretarme. Me paso todo el viaje mirando por la ventana. Raquel a cada rato canta m m m mmm con la boca. Es insoportable. No quiero dormirme.

 

Mi papá dice que llegamos a Tostado, que ya falta poco para Guardia Escolta. Bajamos en una estación de servicio y mientras mi papá carga nafta, un hombre le dice que la ruta está complicada, que los caminos son de tierra y que estuvo lloviendo hasta recién. Pero mi papá le dice que los conoce y que el Coronado no va a quedarse. Es un tractor, le dice.

     Dani grita que el Coronado no es un tractor, que es un transatlántico y le digo que es un tonto y se enoja. Me grita: chupa teta, chupa teta larararará... Lo persigo por la estación de servicio y lo empujo. Se cae y el hombre que vende nafta lo levanta del piso como un trapo. Se pone a llorar. Qué nene tan estúpido. Ojalá la hubieran dejado venir a Mariel conmigo. Aunque no quisiera que Mariel supiera lo de la teta de Raquel. Mi mamá nos reta. La miro con rabia. Ella es la culpable de todo.

 

En la ruta embarrada empezamos a ir de un lado a otro del camino. El auto se desliza y mi papá se pone nervioso. Manotea el volante pero no lo puede enderezar. Mi mamá le dice que tenga cuidado. Tengo miedo. Mi mamá se queda callada, mi papá dice malas palabras y Raquel se ríe. El auto empieza a moverse de costado, a torcerse en cámara lenta. Raquel deja de reírse y hace m m m m mmm pero ahora suena distinto. Mi papá manotea otra vez el volante pero no le responde. Raquel le da indicaciones. Damos una media vuelta y quedamos mirando hacia el lado por el que veníamos. El motor del auto se para de golpe y nos quedamos en silencio.

     Nos bajamos. Hay barro por todos lados. Mi papá se queja porque le vamos a llenar de barro el Coronado al tío Luis. Mi mamá le dice que eso ahora no importa y cuando me quiere dar la mano se patina en el barro y grita, dice que se dobló el tobillo. Nunca le vi esa cara de miedo a mi mamá. Es como si quisiera llorar. Raquel y mi papá la llevan otra vez al auto y la acuestan en el asiento de atrás a lado de Dani que duerme. Raquel la consuela. Mi mamá se acomoda y estira la pierna en el asiento. Mi papá levanta el capot del auto y con Raquel miran el motor. Raquel fuma. Todo el tiempo fuma. Ella le ordena a mi papá que se siente y le de arranque. Mi papá la obedece. El Coronado arranca. Raquel cierra el capot. Le dice a mi papá que va a manejar ella. Que ella sabe manejar en el barro. Yo me siento al lado de mi papá contra la puerta. Nadie habla en el auto, solo Raquel que a cada rato hace m m m mmm. No quiero escucharla, cómo me gustaría que ella no estuviera. Muy despacio volvemos a Tostado.

 

Vamos a pasar la noche en un hotel horrible. Los cinco en la misma pieza y con el baño compartido con todo el hotel. No hay otro hotel porque hay un partido de básquet o no sé qué. Mi mamá no quiere que mi hermano y yo vayamos a ese baño, pero Raquel le dice que no nos críe como maricones. A mi mamá el dolor del pie no se le va con nada. Raquel averigua sobre una señora que cura.

 

Subimos todos en el Coronado. Maneja Raquel. Mi papá al lado de ella no dice nada. Cada vez hay menos casas y las calles son de tierra. La señora vive en un ranchito. Es una viejita que tiene verrugas en la cara, en los brazos, por todo el cuerpo. Le dice a mi mamá que pase y Raquel entra con ella. Dani, mi papá y yo nos quedamos afuera, en un patiecito. Hay olor a sopa. Un perro nos ladra. Por la ventana se escucha a mi mamá que grita. Un rato después salen. Raquel dice que la viejita le tocó el punto y que no le va a doler más.

 

Mi mamá quiere saber a dónde se metió Dani. Otra vez le duele el tobillo. Salgo al jardín a buscarlo. El pasto está muy alto y hay olor a podrido. Me encuentro con Raquel. Ya sos una señorita, ya te debe venir, me dice y se ríe. Me pregunta si quiero ir al baño, que podemos ir juntas a hacer pis entre unos árboles que hay por ahí atrás, que nadie nos va a ver, que el baño es un asco, que está lleno de caca. Le digo que no tengo ganas de hacer pis y me meto otra vez en el hotel a buscar a mi mamá.

 

Es de noche. Vamos a comer milanesas a un lugar que parece un rancho pero tiene muchas mesas bajo un techo de chapas oxidadas. En la esquina hay una mujer altísima que camina de un lado a otro. Parece reírse y habla con una voz rara. La luz de la calle es naranja y la mujer parece un dibujo. Raquel grita que es un travesti. No sé qué es un travesti, pero me da vergüenza preguntarle a mi mamá delante de Raquel. El mozo dice que es el hijo de Barrales y que ahora se llama Perla. No entiendo por qué dice eso. El vestido le queda muy apretado y tiene rulos. Su pelo es rubio, casi blanco.

    

No tengo hambre, no puedo dejar de mirar a esa mujer. Los bichos vuelan enloquecidos alrededor del foco de la luz. Hacen mucho ruido. Los autos le tocan bocina y ella se mete entre los autos como si quisiera que la atropellaran. Se levanta el vestido cuando le tocan bocina. A veces mira hacia la mesa, hacia dónde estamos nosotros y después se apoya en el Coronado hasta que pasa otro auto.

 

Mi papá acompaña a mi mamá al baño porque ella no puede pisar bien. Dani juega con un autito. Vuelvo a mirar a la mujer entre los autos. Ahora les muestra las tetas y se mueve como un payaso. Raquel hace chistes con el que nos sirvió las milanesas. Habla como si fuera un hombre. Me dice que me tengo que pintar los labios como esa mujer para tener muchos novios. Yo no quiero tener muchos novios. Me mira, no se ríe. Prende un cigarrillo. Le grita a la mujer para que venga. Miro hacia el baño pero mi mamá y mi papá no vuelven. Todo se queda en silencio. Vuelvo a mirar a Dani pero no está. La mujer se acerca, es gigante. Fuma y mira. Raquel le dice algo. La mujer la mira con odio. Todos se callan. Raquel no le lleva el apunte y me mira a mí. Yo no la miro. Sé que va a hacer m m m mmm con la boca pero no hace nada.


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