música (audiolibro) Daniel Delfino
M m m mmm
Mi mamá
siempre repite eso: que cuando yo era bebé Raquel me tuvo que dar la teta
porque ella no tenía leche. Siempre cuenta eso de su amiga Raquel. Ojalá se
callara o que fuera otra la amiga de mi mamá que tenemos que ir a buscar a no
sé dónde. No me acuerdo nada de ella. No me gusta que mi mamá diga eso. Cuando
lo dice, Dani se burla de mí y me enojo con todos y no les hablo más.
Raquel es un
nombre horrible. La tenemos que pasar a buscar antes de salir a la ruta y mi
papá le dice a mi mamá que no le gusta ir con el Coronado flamante por lugares
que no conoce. Me gusta la palabra flamante, parece volar. Mi papá protesta
porque el auto es del tío Luis, que vive en Guardia Escolta, y como allá no
venden autos nuevos se lo tenemos que llevar nosotros desde Buenos Aires.
Doblamos por una calle de tierra. Mi papá
le dice a mi mamá que ésa es la calle, que vamos bien. Es un lugar feo, las
casas están todas rotas. Unos chicos corren atrás de nosotros mientras Dani les
hace burla por el vidrio. Todo es feo. En todas las esquinas hay basura, yuyos,
autos oxidados. No me gustaría vivir en un lugar como éste. Paramos en una
casita. Una nena descalza, con la ropa sucia, me mira y se mete un dedo en la
nariz. Los chicos que nos corrían nos alcanzan y se ponen a mirar el Coronado.
Una mujer sale de la casa con un bolsito, es flaca, se ríe y les grita a los
chicos que dejen de molestar. Mi mamá dice que es Raquel y con mi papá se bajan
del auto.
Raquel y mi mamá se abrazan, no paran de
darse besos. Cuando me ve por la ventana grita: ¿ella es la que me chupó la
teta? ¡No lo puedo creer! ¡Está enorme! ¿Cuánto tiene ya?
Mi mamá le contesta que tengo diez, que en
febrero cumplo once.
Se sienta al lado mío; me quedo en el
medio, entre Dani y ella. No me gusta que se siente al lado mío. Dani como hace
siempre se seca el beso de la cara que le dio Raquel. Mi mamá lo reta, pero
Raquel se ríe. Ojalá no diga más lo de la teta.
Paramos en
una estación de servicio. Mi papá lo lleva a Dani al baño. Mi mamá, Raquel y yo
vamos al de mujeres. Mientras hago pis, Raquel habla a los gritos con mi mamá.
Y cuando se calla, canta con la boca m m m mmm. Cada m la dice con un sonido
distinto, creo que es una canción que conozco. Salgo a lavarme las manos y la
veo sentada en el inodoro haciendo pis con la puerta abierta. Fuma. Una
bombacha amarilla se estira en sus rodillas. Me mira y me guiña un ojo. La miro
con odio.
Salgo corriendo del baño y voy a buscar a
Dani y a mi papá. Ojalá pudiera ir al baño con ellos. Mi papá nos compró
alfajores y Dani grita: ¡carrera hasta el auto! Lo dejo correr primero, y
cuando quiero lo alcanzo y le gano. Se enoja. Subimos al Coronado y le digo que
se quede en el medio, que ahora me toca a mí la ventanilla. Dani se enoja otra
vez. Enseguida suben mi mamá y Raquel y mi papá arranca. Raquel le pregunta a
Dani por qué está enojado y él le contesta porque yo le saqué la ventanilla. Lo
alza como si Dani fuera una bolsa, lo cambia de lugar y ahora ella se queda en
el medio. Dani me mira y me saca la lengua. Es un tarado. Listo el pollo, dice
Raquel. Se ríe y me abraza. Trato de hacerme chiquita para que no pueda
apretarme. Me paso todo el viaje mirando por la ventana. Raquel a cada rato
canta m m m mmm con la boca. Es insoportable. No quiero dormirme.
Mi papá dice
que llegamos a Tostado, que ya falta poco para Guardia Escolta. Bajamos en una
estación de servicio y mientras mi papá carga nafta, un hombre le dice que la
ruta está complicada, que los caminos son de tierra y que estuvo lloviendo
hasta recién. Pero mi papá le dice que los conoce y que el Coronado no va a
quedarse. Es un tractor, le dice.
Dani grita que el Coronado no es un
tractor, que es un transatlántico y le digo que es un tonto y se enoja. Me
grita: chupa teta, chupa teta larararará... Lo persigo por la estación de
servicio y lo empujo. Se cae y el hombre que vende nafta lo levanta del piso
como un trapo. Se pone a llorar. Qué nene tan estúpido. Ojalá la hubieran
dejado venir a Mariel conmigo. Aunque no quisiera que Mariel supiera lo de la
teta de Raquel. Mi mamá nos reta. La miro con rabia. Ella es la culpable de
todo.
En la ruta
embarrada empezamos a ir de un lado a otro del camino. El auto se desliza y mi
papá se pone nervioso. Manotea el volante pero no lo puede enderezar. Mi mamá
le dice que tenga cuidado. Tengo miedo. Mi mamá se queda callada, mi papá dice
malas palabras y Raquel se ríe. El auto empieza a moverse de costado, a
torcerse en cámara lenta. Raquel deja de reírse y hace m m m m mmm pero ahora
suena distinto. Mi papá manotea otra vez el volante pero no le responde. Raquel
le da indicaciones. Damos una media vuelta y quedamos mirando hacia el lado por
el que veníamos. El motor del auto se para de golpe y nos quedamos en silencio.
Nos bajamos. Hay barro por todos lados. Mi
papá se queja porque le vamos a llenar de barro el Coronado al tío Luis. Mi
mamá le dice que eso ahora no importa y cuando me quiere dar la mano se patina
en el barro y grita, dice que se dobló el tobillo. Nunca le vi esa cara de
miedo a mi mamá. Es como si quisiera llorar. Raquel y mi papá la llevan otra
vez al auto y la acuestan en el asiento de atrás a lado de Dani que duerme.
Raquel la consuela. Mi mamá se acomoda y estira la pierna en el asiento. Mi papá levanta el capot del auto y con
Raquel miran el motor. Raquel fuma. Todo el tiempo fuma. Ella le ordena a mi
papá que se siente y le de arranque. Mi papá la obedece. El Coronado arranca.
Raquel cierra el capot. Le dice a mi papá que va a manejar ella. Que ella sabe
manejar en el barro. Yo me siento al lado de mi papá contra la puerta. Nadie
habla en el auto, solo Raquel que a cada rato hace m m m mmm. No quiero
escucharla, cómo me gustaría que ella no estuviera. Muy despacio volvemos a
Tostado.
Vamos a pasar
la noche en un hotel horrible. Los cinco en la misma pieza y con el baño
compartido con todo el hotel. No hay otro hotel porque hay un partido de
básquet o no sé qué. Mi mamá no quiere que mi hermano y yo vayamos a ese baño,
pero Raquel le dice que no nos críe como maricones. A mi mamá el dolor del pie
no se le va con nada. Raquel averigua sobre una señora que cura.
Subimos todos
en el Coronado. Maneja Raquel. Mi papá al lado de ella no dice nada. Cada vez
hay menos casas y las calles son de tierra. La señora vive en un ranchito. Es
una viejita que tiene verrugas en la cara, en los brazos, por todo el cuerpo.
Le dice a mi mamá que pase y Raquel entra con ella. Dani, mi papá y yo nos quedamos
afuera, en un patiecito. Hay olor a sopa. Un perro nos ladra. Por la ventana se
escucha a mi mamá que grita. Un rato después salen. Raquel dice que la viejita
le tocó el punto y que no le va a doler más.
Mi mamá
quiere saber a dónde se metió Dani. Otra vez le duele el tobillo. Salgo al
jardín a buscarlo. El pasto está muy alto y hay olor a podrido. Me encuentro
con Raquel. Ya sos una señorita, ya te debe venir, me dice y se ríe. Me
pregunta si quiero ir al baño, que podemos ir juntas a hacer pis entre unos
árboles que hay por ahí atrás, que nadie nos va a ver, que el baño es un asco,
que está lleno de caca. Le digo que no tengo ganas de hacer pis y me meto otra
vez en el hotel a buscar a mi mamá.
Es de noche.
Vamos a comer milanesas a un lugar que parece un rancho pero tiene muchas mesas
bajo un techo de chapas oxidadas. En la esquina hay una mujer altísima que
camina de un lado a otro. Parece reírse y habla con una voz rara. La luz de la
calle es naranja y la mujer parece un dibujo. Raquel grita que es un travesti.
No sé qué es un travesti, pero me da vergüenza preguntarle a mi mamá delante de
Raquel. El mozo dice que es el hijo de Barrales y que ahora se llama Perla. No
entiendo por qué dice eso. El vestido le queda muy apretado y tiene rulos. Su
pelo es rubio, casi blanco.
No tengo
hambre, no puedo dejar de mirar a esa mujer. Los bichos vuelan enloquecidos
alrededor del foco de la luz. Hacen mucho ruido. Los autos le tocan bocina y
ella se mete entre los autos como si quisiera que la atropellaran. Se levanta
el vestido cuando le tocan bocina. A veces mira hacia la mesa, hacia dónde
estamos nosotros y después se apoya en el Coronado hasta que pasa otro auto.
Mi papá
acompaña a mi mamá al baño porque ella no puede pisar bien. Dani juega con un
autito. Vuelvo a mirar a la mujer entre los autos. Ahora les muestra las tetas
y se mueve como un payaso. Raquel hace chistes con el que nos sirvió las
milanesas. Habla como si fuera un hombre. Me dice que me tengo que pintar los
labios como esa mujer para tener muchos novios. Yo no quiero tener muchos
novios. Me mira, no se ríe. Prende un cigarrillo. Le grita a la mujer para que
venga. Miro hacia el baño pero mi mamá y mi papá no vuelven. Todo se queda en
silencio. Vuelvo a mirar a Dani pero no está. La mujer se acerca, es gigante.
Fuma y mira. Raquel le dice algo. La mujer la mira con odio. Todos se callan.
Raquel no le lleva el apunte y me mira a mí. Yo no la miro. Sé que va a hacer m
m m mmm con la boca pero no hace nada.
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